Resumen
Los grabados rupestres de Pendilla fueron descubiertos en 1970 y documentados más tarde por José Manuel González y el firmante de este artículo. El conjunto, destruido en gran parte por el ensanche como pista minera y ganadera del camino que ascendía desde Pendilla hacia Propinde, se distribuía a lo largo de una veintena de rocas en torno al llamado Pontón de Fornillos, nudo de comunicación de pasos tradicionales entre la meseta y el territorio asturiano a través de la sierra de los Pasos de Arbás. Se documentaron grabados piqueteados con presencia mayoritaria de cazoletas, herraduras y cruciformes, junto a significativos motivos antropomórficos y diseños en phi. Además de estos temas, de probable cronología prehistórica o protohistórica, aparecían inscripciones y otras representaciones de tiempos históricos, que darían cuenta del tránsito y uso del lugar desde la Prehistoria reciente hasta épocas modernas. La documentación gráfica y los datos referidos a este conjunto han permanecido inéditos hasta la fecha.