Resumen
Al sureste del pueblo de Argandenes (Piloña), en el paraje conocido como La
Lladrea, aparecieron los restos de un edículo funerario, de planta cuadrangular, y de
numerosas inhumaciones en torno a él. Dos campañas arqueológicas han revelado
una compleja secuencia de enterramientos que comienza a finales del siglo IV d. C.,
y se desarrolla al menos hasta el siglo VII d. C. Esta secuencia se caracteriza no solo
por un notable cambio en la tipología de las tumbas, recogida en dos fases distintas
y diferenciadas, ni por las numerosas remociones, saqueos y alteraciones, y la posibilidad de que algunos individuos hayan sido enterrados tras la ruina del edículo,
sino también por la presencia de un rico repertorio material.